No era poca la preocupación de los amantes de la Villa, el ver a las playas consumidas por la erosión. Aquellas playas enormes, que habían hecho leyenda y tradición por sus cabalgatas, conciertos corales y caminatas al atardecer, empezaban a reducirse al ritmo del cemento y del turismo masivo. El espíritu de Gesell parecía diluirse sin retorno, perdiendo su identidad y con ella, su belleza.
Sin embargo, desde que el proyecto de recuperación de las playas fue puesto en marcha, el turista verá otra vez las playas geselinas como en sus mejores tiempos. Las tareas de recuperación de la arena que se realizaron a través de enquinchados de álamo negro, parecen estar dando buenos resultados. Se sumó a esta idea además, el plan de reconversión de los balnearios, del que tanto ha hablado y que tanta polémica ha traído. La propuesta suponía reemplazar el cemento por construcciones de bajo impacto ambiental, que afectaran lo menos posible la estética del paisaje, al estilo del balneario pionero La Punta (Calle 312 – tel. 453131), en zona norte.
*Enquinchados de Álamo Negro para la recuperación de las playas *
Desde la temporada 2007, la imagen que ofrece la playa geselina resulta contundente: la recuperación de la arena parece dar este año sus primeras señales claras de éxito. Con el fin de la concesiones, las construcciones de cemento fueron efectivamente demolidas para ser reemplazadas por nuevas unidades centradas en la calidad y en la preservación del medio ambiente. Muchos de estos balnearios fueron adjudicados a los mismos concesionarios de siempre, que deseosos de sumarse a esta iniciativa, han invertido con entusiasmo en este proceso de recuperación. Estas nuevas construcciones, fabricadas completamente en madera, se articulan estéticamente con la rambla peatonal que atraviesa el paseo de la costanera y que devuelve a la Villa, aquel espíritu romántico de quienes la eligieron y la vieron crecer.